Por Martín Burbridge
Como si fuera la colonización de otro planeta, varios de los principales bancos del mundo comenzaron a desembarcar en el Metaverso. Entidades como JP Morgan, HSBC y Standard Chartered presentaron sus espacios en distintas plataformas, donde publican información financiera y tienen avatares para recibir a sus clientes.
La movida recuerda a cuando comenzó la migración de las empresas, no solo del sector bancario, a la “World Wide Web”, donde cada compañía abrió su propio sitio o portal, conscientes de que Internet iba a convertirse en un lugar de encuentro masivo para las personas, aparte del sitio preferido para consumir contenidos de todo tipo y adquirir productos y servicios.
La apuesta por la web tuvo su recompensa, generando enormes ingresos para todo el sistema bancario mundial, así como ahorros cuantiosos, gracias al reemplazo de miles de empleados y sucursales por pantallas y home banking.
EL TURNO DEL METAVERSO
Y ahora, consolidada desde hace rato la operatoria a través de Internet, llega el turno de dar un paso más hacia adelante e ingresar en la nueva dimensión que promete el futuro: el Metaverso.
¿De qué se trata? Entornos virtuales tridimensionales donde las personas interactúan social y económicamente como avatares, a través de un soporte en un ciberespacio, el que actúa como una representación del mundo real, pero sin sus limitaciones. En ese sentido, el Metaverso combina la web 2.0 con la realidad aumentada, la tecnología de la tercera dimensión y la realidad virtual.
Para todas las empresas, la apuesta a llegar primero a un mundo de fantasía al alcance de la mano de sus potenciales clientes es demasiado atractiva para no subirse al tren cuanto antes, más allá de que todavía nadie sabe muy bien cómo desenvolverse en esos espacios.
BANCOS DE FANTASÍA
El último banco en subirse a esta ola fue el británico Standard Chartered, que anunció hace pocos días la compra de un lugar en la plataforma The Sandbox, un editor de videojuegos y uno de los espacios virtuales más utilizados, junto con Decentraland y Roblox.
“Nuestro compromiso va a permitirnos repensar la relación con nuestros clientes actuales y futuros y aportarles nuevas experiencias”, afirmó en un comunicado Mary Huen, directora general de la entidad en Hong Kong.
El anuncio se sumó a los realizados por bancos como JP Morgan, que abrió un salón en Decentraland a principios de año, a través de su filial Onyx, especializada en operaciones con criptomonedas. Allí, los usuarios pueden pasearse por un espacio con avatares, mirar el retrato de Jamie Dimon, CEO de la entidad, y conocer alguna información de la firma y conocer lo que están haciendo en materia de blockchain.
En el caso del HSBC, en marzo compró una parcela en The Sandbox, al igual que el español La Caixa, presente en Decentraland con un café virtual, y otras entidades coreanas, las pioneras en esto de tener presencia en esta web 3.0.
FANTASÍAS LIMITADAS
Sin embargo, por ahora no se pueden realizar operaciones bancarias habituales como retirar dinero o tomar un crédito en una agencia virtual, lo que sí se hace desde hace muchos años en internet.
Para un ejecutivo del sector financiero, “las aplicaciones son todavía muy limitadas. Al día de hoy, el Metaverso es un laboratorio para los pocos bancos que se animan a entrar y, hasta ahora, tiene más que ver con una estrategia de marketing que con una realidad industrial”.
A pesar de ello, los ejecutivos bancarios están atentos a su evolución. Algunos ya organizaron reuniones virtuales para tomarle la mano a la herramienta, sin avanzar mucho más, ya que sigue siendo un “mundo” poco regulado.
En ese sentido, un reciente informe del JP Morgan afirmó que el éxito del Metaverso “dependerá de la existencia de un ecosistema financiero robusto y flexible que permita a los usuarios conectarse de manera transparente entre el mundo físico y digital”.
Una realidad que, hoy por hoy, sigue siendo virtual.